COTO A LAS URBANIZACIONES AISLADAS E IMPULSO A LA REHABILITACIÓN EN LA COMARCA DEL MATARRAÑA
La Comarca del Matarraña se blinda contra las urbanizaciones aisladas al considerar que rompen con el modelo urbanístico actual y atentan contra el paisaje de esta zona, que despierta un creciente interés turístico y también inmobiliario. Las directrices de ordenación territorial, elaboradas por la DGA con la participación de los ayuntamientos afectados y que acaban de salir a información pública, propugnan la rehabilitación de las viviendas existentes y las "promociones a pequeña escala" junto a los cascos urbanos para que puedan ser desarrolladas por "los constructores autóctonos".
Las directrices establecen que, "con carácter previo" a la ocupación de más suelo, se rehabiliten las viviendas existentes y se recuperen los edificios abandonados. Respecto a las nuevas construcciones, deben integrarse de forma "armónica" en la estructura preexistente. Prevén también la habilitación de aparcamientos fuera de los cascos urbanos para evitar la circulación de vehículos por el interior, "sobre todo en los meses de mayor actividad turística".
El crecimiento urbano deberá "evitar los enclaves aislados" y también las urbanizaciones cerradas, integrando las nuevas zonas en la trama urbana actual. El documento reconoce, no obstante, que la oferta de viviendas es "escasa" para atender las demandas de jóvenes y nuevos pobladores. Aboga por la promoción de viviendas sociales para atender estas necesidades, sobre todo en los municipios con más dinamismo económico -Beceite, Monroyo, Peñarroya de Tastavins, Valderrobres, La Fresneda, Cretas, Mazaleón y Calaceite-.
Para compatibilizar el crecimiento turístico y la demanda inmobiliaria con la pujante actividad pecuaria, establece unas distancias mínimas entre viviendas y explotaciones ganaderas. Las granjas no podrán levantarse a menos de 300 metros de las viviendas de turismo rural ni a menos de 150 de residencias familiares. Deberán construirse a más de 500 metros de establecimientos hoteleros y a más de 1.500 de conjuntos de interés cultural.Las directrices reconocen que la ganadería es un sector clave para el desarrollo de la comarca, pero señalan que está próximo a la saturación, sobre todo en determinados pueblos. Por ello considera necesario "restringir" el crecimiento de la cabaña porcina en Peñarroya de Tastavins, Beceite, Monroyo, Ráfales y Fuentespalda. Además, las instalaciones de tratamiento de purín deberán estar a más 1.000 metros de los pueblos y los vertidos de este residuo ganadero no podrán hacerse a menos de 500 metros de los núcleos de población.
Las directrices consideran suelo no urbanizable especialmente protegido -donde la posibilidad de edificar será muy limitada-, los Lugares de Interés Comunitario, las Zonas de Especial Protección para las Aves, las áreas arboladas y los cultivos de olivar con más de 150 años de antigüedad, entre otros espacios. Establecen también la protección de los bienes de interés arquitectónico y etnográfico. El planeamiento urbanístico de los pueblos incluirá un listado de edificios de interés arquitectónico, que no podrán demolerse, aunque sí rehabilitarse y cambiar de uso.
El patrimonio arquitectónico se considera, junto con el paisajístico, clave para el desarrollo turístico de la comarca. Las directrices abogan por la declaración de los cascos antiguos de Ráfales y Beceite como Áreas de Rehabilitación Integral para proceder a su restauración, eliminar el cableado de las fachadas e implantar un diseño armónico de la señalización y rotulación.
Las directrices dedican una especial atención a fomentar un crecimiento ordenado de los pueblos, a compatibilizar la intensa actividad ganadera con el desarrollo turístico, a proteger el medio ambiente y a regular actuaciones de gran impacto paisajístico, como los parques eólicos, los parques de energía solar o las líneas de alta tensión.
Para minimizar la afección paisajística de los parques eólicos, éstos no podrán levantarse a menos de 10 kilómetros de bienes culturales o naturales protegidos o en trámite de protección y no podrán ser visibles desde estos puntos de interés patrimonial. Se ubicarán en unos pocos enclaves, donde los aerogeneradores podrán alcanzar altas densidades, "evitando la dispersión de ubicaciones".
El presidente comarcal, Román Roda, valoró positivamente las directrices, aunque adelantó que la Comarca presentará alegaciones para fomentar el desarrollo de viviendas sociales e incluir medidas más restrictivas respecto a la instalación de parques eólicos, que, a su juicio, sólo deberían permitirse en el bajo Matarraña -al norte de la comarca-. Roda señaló que las directrices de ordenación del Matarraña son "más estrictas" que las del Pirineo, las únicas existentes en Aragón. El presidente comparte, no obstante, el criterio básico de centrar el crecimiento urbano en torno a los actuales cascos urbanos.
(Luis Rajadell, Heraldo de Aragón, I-2007)
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