EL MATARRAÑA PRESENTA LAS DIEZ METAS DE LA CARTA DEL PAISAJE EN SU SEGUNDO FORO
La Comarca del Matarraña celebró durante todo el día de ayer su II Foro, que cumplió con las expectativas y sirvió de espacio de encuentro y diálogo sobre la importancia del paisaje como motor de desarrollo económico, y como factor clave en el crecimiento y cohesión territorial. Fruto del encuentro de los matarrañenses con los responsables de proyectos ecológicos del resto del país, el foro quedó clausurado con cuatro grandes conclusiones. La primera de ellas es la necesidad de aunar voluntades para decidir lo que los habitantes de la comarca desean de su territorio. La segunda, que el paisaje no es patrimonio de nadie, sino un préstamo que tarde o temprano hay que ceder a las generaciones venideras. A continuación, los intervinientes se pusieron de acuerdo en la necesidad de que el Matarraña posea una autoestima territorial, a través de la valoración de su propio territorio. Por último, se destacó el concepto de rentabilidad social; es decir, que las iniciativas encaminadas a la preservación del territorio nunca pueden ir en contra de las necesidades cotidianas de las personas.
En consonancia con esta idea, el consejero de Política Territorial del Gobierno de Aragón, Rogelio Silva, recordó que el uso del paisaje como motor de desarrollo no puede hacerse de manera irresponsable, por lo que uno de los actos principales fue la presentación de la Carta del Paisaje, que recoge un conjunto de 10 objetivos a conseguir mediante 66 medidas concretas. Esos objetivos son la consecución de un paisaje fluvial de calidad; bosques sanos; fomento de las estructuras agrarias y ganaderas como integrantes del paisaje tradicional; un patrimonio bien conservado y revalorizado; establecimiento de referentes visuales identitarios; paisajes urbanos armónicos; integración de los usos económicos; control sobre los espacios degradados; y por último, una población concienciada y asentada en el territorio.
Junto con esta herramienta, la Comarca cuenta desde ayer con el Mapa del Paisaje, que describe, clasifica y cartografía los distintos elementos que componen la naturaleza matarrañense. Incluye la cartografía de los territorios a escala 1:25.000, lo que permite establecer la tipología del paisaje: agrario, bosques, o urbano.
Posteriormente, tomó la palabra Mark Dwyer, arquitecto y urbanista estadounidense y director del programa Fellowship de la fundación Metrópoli de Madrid. Según Dwyer, una creciente cultura está cambiando el concepto del paisaje como recurso secundario para reconocerlo como un factor clave y primario de competitividad entre regiones. Así, explicó en detalle los proyectos que lleva a cabo en Villamayor de Monjardín (Navarra) y en Almansa (Albacete), donde se han aprovechado las características del territorio para crear un producto turístico de calidad. Por ejemplo, en Monjardín se ha creado una ruta de los vinos, que incluye visita a bodegas, complejos de spa y hoteles.
Diálogo en la mesa redondaEl momento del intercambio de experiencias llegó con la mesa redonda moderada por Francisco Castillo, director general de Advanced Leisure Services. El primero en tomar la palabra fue Tomás Azcárate, presidente del Instituto de Turismo Responsable. Explicó que, a su juicio, la mejor figura de protección a la que puede acogerse un territorio como el Matarraña es la reserva de la Biosfera debido a su carácter internacional. Belarmino Fernández, alcalde de Somiedo (Asturias), reivindicó la protección del paisaje como motor económico, y habló del desarrollo económico de su pueblo desde que iniciaron ese camino. Marta Corella, presidenta del Parque Natural del Alto Tajo (Guadalajara), estuvo de acuerdo con sus colegas, pero hizo hincapié en que el territorio nunca debe perder su identidad. Por su parte, Manuel Reventós, propietario de la finca-reserva de aves San Miguel en Huesca puso de ejemplo su caso como modo de fusionar respeto a la naturaleza y explotación económica. Feli Gascón, presidenta de la Asociación de Empresarios Matarrañenses, destacó el paisaje local como factor de calidad de vida, y la necesidad de conservarlo.
(Alejandro Rivera, Periódico La Comarca, 16-IV-2010)
0 Comments:
Post a Comment
<< Home