LA MATANZA DEL CERDO EN VALDERROBRES
La capital del Matarraña acogió durante el fin de semana la tradicional matanza del cerdo y la elaboración del mondongo. Una cita ya tradicional que cuenta con un gran seguimiento, tanto de vecinos como de turistas llegados desde Cataluña y la Comunidad Valenciana, según explicaron desde la organización .
La jornada del domingo empezó muy temprano en la lonja de la Casa Consistorial. Allí, Maribel Sanz y Lourdes Borrás prepararon una paellada con una excelente pasta de morcilla y carne de cerdo frita que obtuvo el sobrasaliente de todos los que la probaron. “Esto se ha hecho en el pueblo de toda la vida, sólo que antes se mataba al cerdo en las casas para hacer los embutidos y poner los jamones a secar”, explicó Borrás. Además, se puso en marcha un taller para elaborar el paté al modo clásico, que posteriormente fue degustado.
Pero lo más atractivo de la fiesta fue el taller de mondongo. Gran parte de las más de 300 personas que a lo largo de la mañana se pasaron por la plaza pudieron probar las máquinas prensadoras empleadas antaño para embutir chorizos y longanizas, que a continuación eran colocadas en las brasas para su inmediata degustación. Juan Ramón Villagrasa, carnicero de profesión y miembro del Patronato de Turismo, Industria y Comercio, explicó que las máquinas habían sido cedidas por vecinos del pueblo para hacer posible la celebración del mondongo. “Son muy antiguas, y tranquilamente pueden tener más de cien años”, apuntó Villagrasa.
Asimismo, indicó que uno de los principales objetivos de estos talleres consiste en enseñar a las nuevas generaciones cómo era la matanza artesanal, ya perdida en muchos puntos de la geografía aragonesa. “Así pueden comprobar que antes las cosas se hacían a mano, sin necesidad de emplear máquinas eléctricas”.
El otro gran objetivo es el fomento del turismo en Valderrobres, según explicó Pilar Griñón, la presidenta del Patronato. Juan Ramón Villagrasa calcula que el 60% de los que se dieron cita para presenciar la matanza y participar en el taller de mondongo procedían de Cataluña y Valencia. Concretamente de localidades como Barcelona, Reus u Hospitalet donde hace años que no se realiza la matacía.
Aunque los talleres participativos se desarrollaron durante el domingo, la fiesta comenzó la noche del sábado con la matanza del cerdo al modo tradicional en la plaza de Santa Águeda, realizando el enganche para impedir que el animal moviera la cabeza para degollarle con un cuchillo. Ya el domingo, el acto principal llegaba al final de la mañana, cuando se procedió a la subasta del cerdo sacrificado, tras haber dado los veterinarios su visto bueno. Como siempre, las partes más codiciadas por los compradores fueron los lomos y el jamón.
La jornada del domingo empezó muy temprano en la lonja de la Casa Consistorial. Allí, Maribel Sanz y Lourdes Borrás prepararon una paellada con una excelente pasta de morcilla y carne de cerdo frita que obtuvo el sobrasaliente de todos los que la probaron. “Esto se ha hecho en el pueblo de toda la vida, sólo que antes se mataba al cerdo en las casas para hacer los embutidos y poner los jamones a secar”, explicó Borrás. Además, se puso en marcha un taller para elaborar el paté al modo clásico, que posteriormente fue degustado.
Pero lo más atractivo de la fiesta fue el taller de mondongo. Gran parte de las más de 300 personas que a lo largo de la mañana se pasaron por la plaza pudieron probar las máquinas prensadoras empleadas antaño para embutir chorizos y longanizas, que a continuación eran colocadas en las brasas para su inmediata degustación. Juan Ramón Villagrasa, carnicero de profesión y miembro del Patronato de Turismo, Industria y Comercio, explicó que las máquinas habían sido cedidas por vecinos del pueblo para hacer posible la celebración del mondongo. “Son muy antiguas, y tranquilamente pueden tener más de cien años”, apuntó Villagrasa.
Asimismo, indicó que uno de los principales objetivos de estos talleres consiste en enseñar a las nuevas generaciones cómo era la matanza artesanal, ya perdida en muchos puntos de la geografía aragonesa. “Así pueden comprobar que antes las cosas se hacían a mano, sin necesidad de emplear máquinas eléctricas”.
El otro gran objetivo es el fomento del turismo en Valderrobres, según explicó Pilar Griñón, la presidenta del Patronato. Juan Ramón Villagrasa calcula que el 60% de los que se dieron cita para presenciar la matanza y participar en el taller de mondongo procedían de Cataluña y Valencia. Concretamente de localidades como Barcelona, Reus u Hospitalet donde hace años que no se realiza la matacía.
Aunque los talleres participativos se desarrollaron durante el domingo, la fiesta comenzó la noche del sábado con la matanza del cerdo al modo tradicional en la plaza de Santa Águeda, realizando el enganche para impedir que el animal moviera la cabeza para degollarle con un cuchillo. Ya el domingo, el acto principal llegaba al final de la mañana, cuando se procedió a la subasta del cerdo sacrificado, tras haber dado los veterinarios su visto bueno. Como siempre, las partes más codiciadas por los compradores fueron los lomos y el jamón.
(Alejandro Rivera, Periódico La Comarca, 3-II-2011)
posted by repavalde @ 7:31 AM
0 Comments:
Post a Comment
<< Home